SORTEO 5 EAU DE PARFUM MON PARIS DE YVES SAINT LAURENT PUEDEN SER VUESTROS

PARÍS siempre será una fuente de inspiración inagotable. Posiblemente sea su capacidad de producir un torbellino de emociones lo que le hace ser el marco perfecto para cualquier historia de amor apasionada. De espíritu libre, libre de prejuicios del pasado, su mezcla de vanguardia y sexualidad, su capacidad para detener el tiempo y de dar cabida a los movimientos más espontáneos en el arte gracias a su norme sed por experimentar cualquier modo de libertad... Y aunque que para cada uno de nosotros se muestre de una manera diferente, tiene algo que nos hace estremecer por dentro. Por eso, la nueva fragancia MON PARIS de YVES SAINT LAURENT, nos da a todas la posibilidad de experimentar PARÍS en un sólo instante, el que tardamos en vaporizarla sobre nosotras, de sentir y respirar su aroma. Con el sorteo de 5 fragancias MON PARIS, de YVES SAINT LAURENT de 90ml, 5 de vosotras vais a estar un poco más cerca de la emblemática capital.

MON PARIS de YVES SAINT LAURENT ha querido reproducir el espíritu libre, intransigente, inconformista y romántico que caracteriza a la ciudad. Sin libertad, el amor no puede sobrevivir y MON PARIS Eau de Parfum quiere que vivamos con excitación el vértigo de un amor que envuelve los sentidos y nos arrastra a las pasiones más escondidas de nuestra alma. El AMOUR FOU como lo sentía el propio YVES SAINT LAURENT y sobre el que giró toda su vida. Para el modisto francés, PARÍS era el símbolo eterno del amor y la fuente de inspiración inagotable de todo su trabajo y de toda su vida. Absolutamente todas sus creaciones llevan la marca de su amor incondicional por esta ciudad. Para él, en PARÍS todo era posible. Un recorrido en pareja bajo la luz de las farolas sobre las calles adoquinadas de PARÍS. Un paseo nocturno por Pigalle con la imagen de la cúpula del Sagrado Corazón en Montmartre como testigo protector de los amantes, bailando hasta el amanecer en los clubs nocturnos.

Tradicionalmente, los perfumes de la familia CHIPRE han encarnado la elegancia parisina más retro por su estructura estricta y clásica... y su capacidad para reintentarse sobre sí misma una y mil veces simplemente jugando con nuevos materiales y manteniendo otros. en esta ocasión, para la construcción de la pirámide olfativa de MON PARÍS han participado tres maestros perfumistas: OLIVIER CRESP, quien quería reinventar el Chipre tradicional en un concepto más limpio, fresco, vertiginoso y moderno; DORA BAGHRICHE, que le quería dar un nuevo toque de elegancia y sofisticación a este Chipre; y HARRY FREMONT, que quería que la fragancia tuviera una apertura luminosa gracias al resplandor floral durante toda la vida de la fragancia.

Estos perfumistas han ignorado la estructura convencional y han jugado con materias primas de notas carnales, transparentes, puras y luminosas, hasta construir un CHIPRE FLORAL AFRUTADO y BLANCO que llama la atención por lo cristalino de su aroma y la sensualidad de su estela. Entre las materias primas que han utilizado, que son muchísimas en dosis pequeñas, destacan la FLOR DEL ESTRAMONIO, capturada con la tecnología HEADSPACE (es la única tecnología capaz de capturar sus notas) y escogida por desprender matices sexuales e hipnóticos cuando cae la noche.

Y dos variedades de PATCHOULÍ que cuando se combinan, crean una base blanca pura y solar, PATCHOULÍ DE GUATEMALA, de matices ambarinos y amaderados, y PATCHOULÍ DE INDONESIA, muy apreciado por su calidez especiada. Juntos crean un acorde poderoso que deja una estela de deseo (¡¡lo que nos gusta el patchoulí, aunque no seamos conscientes de ello...!!). Combinados con los ALMIZCLES BLANCOS de las notas de fondo, se transforman en una estructura de carácter liviano, puro y limpio. La estructura clásica se abre y el resultado es un CHIPRE FLORAL AFRUTADO vertiginoso y ecléctico.

Desde el primer momento vemos que el diseño de MON PARIS parte del diseño del original PARIS de YVES SAINT LAURENT, pero con una inspiración más rockera e inspirada en la moda de la firma francesa. El diseño ha sido obra de la diseñadora CATHERINE KRUNAS, quien ha optado por darle un giro a las lazadas de las blusas de los años 70' del modisto francés y al smoking,  y transformarlo en la metáfora de una historia de amor: una corbata que se desanuda y sugiere la huella del vértigo que provoca el amor. El lazo se adorna con dos enlaces de cuero que le dan el toque rockero, y el logotipo YSL diseñado por CASSANDRE en dorado.